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jueves, 18 de julio de 2013

Prision Brakecenas

Ayer empecé con la saga de las leyendas, y en breve seguiré escribiendo, pero hace mucho que no hago una entrada cómica y tras leer mis últimas entradas y por el simple hecho de ver las noticias todos los días, creo que tanto yo como vosotros nos merecemos un poco de humor por estas fechas.

Hoy os contaré por tanto, una historieta sobre la vida de un conocido político en la cárcel en la cárcel. Espero que la disfruteis riendo casi tanto como lo hago yo escribiéndola.

Prision Brakecenas

Luisito se levanta todos los días a las 7 de la mañana rascándose el pandero y esperando un desayuno en la cama. No es hasta la tercera pasada de rascarse cuando se da cuenta de que no está en su casa.

"Putos sobres" se dice a sí mismo. "Bueno, por lo menos no me pillaron la farlopa..."

Se va a desayunar con sus compañeros presos, una gente muy elegante que nadie sabe por qué, pero visten todos con bermudas.

Le sirven una manzana, una tostada y un vaso de leche con tan sólo tres galletas "Ni en Guantánamo macho..." se dice para sus adentros creyendo estar en el Tercer Mundo.

Distraído y jugando con la comida mira Twitter, viendo lo que escribe la gente:

"NoSotRoH nO XaVemOH nAH DeR LuiSiToH" tuitea su amigo Mariano, el hijo de la Puri y presidente de no se qué. A Luisito se le cae el alma al suelo, pero lo marca como favorito para joder.

-Señor policía me puede usted dar más puros
-La hostia Luisito, o no te das cuenta de donde estas o es que quieres acelerarte el cáncer macho. Hoy mismo te van a embargar la casa, yo creo que es un buen momento para que dejes de fumar.
-Tengo un amigo que puede ascenderle a sargento
-Luisito coño, no te pongas en ridículo que ya soy sargento, cómete las galletas anda
-PERO ES QUE NO SON FONTANEDAAAAAA
-Ya basta Luisito! Que te mando a la celda de pensar!
-Seré bueno...
-Eso no hay quien se lo crea...

Tras desayunar llega el tiempo libre, algunos reclusos van al gimnasio, otros leen en sus celdas... Pero evidentemente, nuestro Luisito es de los que se dedican al contrabando de tabaco.

-¿Sabías que yo conozco al gerente en España de Winston?
-¿Conoces al de los porros?
-Pues verás... creo que no...
-Pues entonces cállate y sigue amontonando cajetillas

Evidentemente, Luisito se quedaba con parte de las cajetillas que amontonaba escondiéndolas debajo de la cama. "Claro, a eso se refería mi madre cuando me decía que escondiera el dinero en el sobre..." pensaba para sus adentros.

-Luisito ha llegado un sobre para tí
-NO SÉ DE QUÉ ME HABLAS!!!
-Tranquilo hombre, que solo es un telegrama. Joder... para ser tan grande y tan feo eres muy miedica ¿eh macho?

Luisito cogió el sobre y leyó que el remitente, era su amigo Albertucho de Vallecas.

"¿Quieres tener un pene más grande? !No esperes más! RABOCIL 600!!! con sólo dos sobres al día tu pene será..."

"No tengo amigos..." Pensó entonces. Es cierto, justo despues de pensarlo se tiró un pedo pero LO PENSÓ. Luisito se encontraba sólo y triste teniendo que compartir baño y obligado algunos días de la semana a limpiar el comedor.

"¿Qué he hecho yo para merecer esto?... Ah sí..." pensaba continuamente.


Pero nada le levantaba la moral más que pensar que dentro de poco vendrían todos sus amiguitos a jugar con él. Eso y que aún nadie le había pillado el tabaco que guardaba en su cama. "Para la próxima vez, enviaré el dinero metido en camas, así nunca sospecharán los periodistas".

Y así Luisito se pasaba las horas, hasta que llegaba su amigo de cuarto, si si, el mismo amiguito que le había descubierto que era homosexual. Y jugaban a lo que Luisito llamaba: "Empujar a la caca con un sobresueldo"


CHIM PUM! 



Espero que os hayais reído, aunque no podais ya mandarme sobres, siempre podeis dejar comentarios XD Hasta la próxima que será en breves!

 

miércoles, 17 de julio de 2013

El puente de las sombras nocturnas

Este relato es parte de una saga de leyendas que jamás existieron pero que le atribuyo a cada una de las 50 capitales de provincia de España. 

Primera leyenda: El puente de las sombras nocturnas (Murcia)

Corría el año 1743, la ciudad de Murcia presenciaba uno de los inviernos más crudos que se recordaba desde hacía generaciones.

Un carretero cruzaba el, por aquel entonces nuevo, Puente de los Peligros, su carga eran esclavos provenientes de Latinoamérica que los acaudalados señores de la ciudad del Segura habían comprado sin cruzar el océano, para que desempeñaran las tareas sucias y odiosas que acometían a estos. 

Eran más de las 12, la noche estaba cerrada y el aguanieve caía de las oscuras nubes que sin embargo, dejaban atisbar el claro de la luna sin ofrecer estrella ninguna. Una silueta apareció en el camino, estaba encapuchada y miraba cabizbaja al río con la quietud de no poder ver su reflejo en el agua. Por las formas que la túnica hacía en aquella silueta, el carretero se dio cuenta de que era una mujer y paró el carro a su lado.

-Disculpe hermana ¿Necesita que le acerque a alguna parte? No debería estar usted aquí a estas deshoras de la noche -dijo el carretero.

-Me temo que no soy monja señor -dijo aquella mujer dándose la vuelta. 

Sus ojos, de un azul pálido refulgían bajo el claro de luna. El carretero estaba hipnotizado nadando en los iris de aquella mujer buscando luz, y en sus pupilas buscando oscuridad. Aquella mujer notaba todos los pensamientos del carretero sin necesidad de mirarlo tan siquiera. Se desencapuchó, su pelo era tan negro como la noche pero tan brillante que contrastaba con ella, sus labios rojos y su piel pálida como las velas de una iglesia.
El carretero no podía apartar los ojos... Podía secuestrarla con el resto de los esclavos y dejarla en su casa maniatada antes de hacer la entrega, podía bajar del carro, bajar las escaleras que llevaban a la orilla del río y violarla ante las oscuras miradas de los vagabundos que cerca habitaban. Fuese como fuese, tenía que poseerla. El único problema sería que la guardia hacía la ronda por el río cada 20 minutos y si le atrapaban, le esperaba una pena de cárcel que jamás podría pagar ni cumplir. La mujer sonreía con malicia...

-¿Os atraigo verdad señor? Todos esos pensamientos que teneis sobre como violarme me despiertan cierta curiosidad, no lo negaré.

El carretero estaba desconcertado ¿Acaso esa mujer podía leer su mente?

-Os propongo un trato señor -dijo aquella mujer sacando una moneda de su túnica- Vos deseais mi cuerpo, si acertais el lado de la moneda lo tendréis, si no ocurriese esto, yo elijo mi premio... ¿Aceptais señor?

El carretero asintió completamente embobado, ni siquiera se planteó el preguntar que querría ella de él, tan sólo dejaba volar su imaginación sin apartar la vista los ojos hipnóticos de auqella mujer.

-¿Cara o cruz?

"Tu cara es lo que quiero" pensaba 
-Cara-fue lo que dijo.

Aquella moneda de plata, volteó 8 veces en el aire antes de caer sobre la mano de aquella mujer.

-Cruz mi señor

El carretero tenía la cara impasible de no creer lo que ocurría y de lamentarse de su suerte

-No os preocupeis mi señor, depués de todo, esta será la última cruz que veais. Mi premio, mi querido señor, será vuestro alma.

El carretero sintió sudor y miedo bajo sus ropas caladas y el frío que nació de sus huesos se sumó al del ambiente, contrastando con el calor de su corazón que latía miedo y atracción por aquella mujer.

-Veo que sois todo un ejemplo de humanidad señor. Le ofrezco jugar de nuevo, si usted gana recupera su alma.

-¿Y si no gano?

-Me quedaré con la de todos sus "compañeros de viaje"

El carretero no se había fijado hasta entonces en los rostros de aquellos esclavos que llevaba en la jaula de la parte de atrás del carro. Eran niños, no entendían su idioma, estaban durmiendo y apenas habían comido. Iba a jugar con sus vidas por salvar la suya pero era algo que no le importaba, tan sólo se cabrearían algunos nobles por ello si fallaba, o al menos, así lo veía.

-Tan sólo si yo elijo la opción de mi apuesta -dijo el carretero.

-Concedido

-Elijo tanto cara como cruz y ser yo quien tire la moneda

La mujer rió.

-Veo que sois un oponente astuto, os dí mi palabra. Así sea.

La mujer le dio la moneda y al rozarse las pieles y las mojadas ropas, el carretero se sintió desvanecer. Tiró la moneda al aire y volteó 13 veces. 

Cayó al suelo de canto, la mujer sonrió y de una fuerte ráfaga de viento levantó el carro con el carretero y los esclavos y lo arrojó al río que engulló sus almas. La mujer se volvió a encapuchar y volvió a mirar cabizbaja al río desde la barandilla del puente.

"Yo soy el demonio de las aguas y esta es mi ofrenda de sangre" susurró mientras desaparecía cuando las nubes ocultaron el claro de luna.


Aquella mujer, pronto sería conocida como "La Diabla" por los habitantes de la zona.
 
Dicen desde entonces las lenguas más viejas que en los días en los que el Segura se desbordaba ahogando a las personas que intentaban atravesarlo, una silueta con capucha de azules ojos aparecía de la nada jugando con una moneda sobre el Puente de los Peligros y que si te la encontrabas, el nombre del puente se haría realidad.


miércoles, 3 de julio de 2013

Un niño de 130 años

Nació bajo el signo de la luna y soñando con las estrellas.



Siempre fue un niño curioso que parecía levitar cada vez que los adultos le dijeron que mantuviera los pies en la tierra.
 
¿Por qué iba a conformarse con una vida normal si era alguien distinto? se preguntaba.

Ese era el niño que todos llevabamos dentro y que reaparece cada vez que sangramos un poquito por la vida y nos recomponemos. Nos quitamos la arena de las rodillas y miramos a nuestros padres sabiendo que es más el bolo que ellos le van a dar que la herida en sí misma.

Y sonreímos como canallas una vez que lo entendemos.

Nos llega la adolescencia y todo lo que queremos son experiencias, probar, saber, hacer y una vez que la pasamos, nos sentimos mal. Nos sentimos viejos y tontos por haber caído en un sinvivir de buscar y necesitar amores, amistades, diversiones y dinero que de niños no conocíamos.

Cuando hablábamos con la gente siendo niños, estos no tomaban nada a mal, éramos niños y creían que no sabíamos lo que decíamos.

Hoy en día sin embargo, siendo adultos no sabemos lo que decimos muchas veces cuando hablamos, y surgen situaciones catastróficas a causa de esto.

Somos quienes somos por haber vivido lo que vivimos.

Jamás dejeis de querer a los pequeños, ellos serán los únicos que nos recuerden cuando estemos muertos. Los que contarán nuestra historia con mucho más detalle de lo que yo cuento esta.

Hoy es el 130 aniversario de Franz Kafka. Escritor al que su padre maltrataba y que por ese miedo interno jamás se consideró digno a sí mismo de publicar muchas de sus obras. Muchas fueron prohibidas por ser judío durante la invasión nazi de Checoeslovaquia, otras las destruyó el mismo conforme las fue creando. Las pocas que han sobrevivido se las confió a un amigo para que las destruyera. Un amigo que traicionó una última voluntad, dotando al mundo del arte del mejor escritor del pasado siglo.

Kafka se angustió de vivir y en sus libros plasmaba su vida. 

El tanmbién fue un niño, un niño que vivió con miedo y creció con angustia. Quizás si no lo hubiera pasado tan mal, no habría escrito "La Metamorfosis", "América", "El castillo" o especialmente "Carta al padre". Pero quien sabe, quizás hubiese escrito mucho más y mejor.

Así mismo comienza Kafka la carta que escribió a su padre:


Schelesen (Bohemia), noviembre de 1919].
 Querido padre:
"Me preguntaste una vez por qué afirmaba yo que te tengo miedo.
Como de costumbre, no supe qué contestar, en parte,
justamente por el miedo que te tengo,
y en parte porque en los fundamentos de ese miedo
entran demasiados detalles
como para que pueda mantenerlos reunidos en el curso de una conversación.
Y, aunque intente ahora contestarte por escrito, mi respuesta será,
no obstante, muy incomprensible,
porque también al escribir el miedo y sus consecuencias me inhiben ante ti,
y porque la magnitud del tema excede mi memoria y mi entendimiento..."

Bastante se sufre en la vida como para no tener a nadie.
Bastante jodido es todo como para no poder sentirte pequeño al lado de la gente a la que quieres.

El niño de la foto de arriba podría haber sido cualquiera, pero como ya habreis supuesto, es Kafka, a la edad de 5 añitos, la carta es 31 años después pero nadie reconocería al niño y al adulto si se les comparase. Hoy es 3 de Julio de 2013. Hagamos de este el día la excusa para hacer algo bueno por el niño bueno que todos llevamos dentro.

Feliz día de Franz Kafka.