Abotargado es una palabra como otras tantas.
Todo el mundo la comprende aunque unos la justifiquen y otros la desestimen.
¿Pero todas las palabras son así no?
Son tan sólo palabras sin que importen si nadie las dice.
Pues yo me siento abotargado y busco mi liberación de palabras que dijeron otros e ideas ajenas, simpatice o no con ellas, en abotargarme escribiendo todo cuanto callo.
No rompo el silencio pero al tomarme un respiro de comprensiones encuentro la forma de callar cuanto leo y resuena en mi mente una música nueva que no es tan elaborada, pero que al menos es mía.
Así la objetividad vuelve al papel de donde leo, y es este el papel diferente, de mi puño y letra pero también de mi mente.
Y me siento culpable por no seguir leyendo y contento por haber dejado de hacerlo.
Pero el plomo pesa más que el aluminio con el que envolvemos nuestras pausas...
Y me toca volver a leer lo que copio y dejar sobre la mesa las ideas que escribo.
Dedicado a todos cuantos como yo les espera un Enero de estudio.
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