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viernes, 11 de enero de 2013

Mi historia: Nacer caducado

Querido lector, te contaré la historia de como desaparecí del otro mundo:

Cuando naces caducado del último coletazo de amor que tus padres tuvieron y tardan 4 meses en notar tu gestación, nadie te considera un hijo más.

Eres el hijo prometido, eres una recompensa del cielo y la ilusión bendita de todos los sacrificios que ocurrieron antes de tí.

Una familia ilusionada y todo un pueblo expectante llenando tu casa de entonces de visitas, hasta el punto de recibirlos en la calle porque todos no caben en tu casa con patio y terraza.

Cuando eres tal milagro y tus padres son mayores, el mayor miedo que existe es que por nacer yo pudiese haber matado a mi madre.

Dado esa circunstancia, mi padre se gastó lo poco que le quedaba seguro en asegurarse que yo naciese.

Llegué al mundo y llegué ya caducado. No he vivido un sólo segundo de mi vida sin estar enfermo, al nacer la incubadora que me contenía los llantos, presentaba electrodos y cables pendientes de pulsaciones. En esos días yo no me dormía por sentir el calor de mi madre o beber de su pecho, la única relajación que me prometían era una mascarilla de oxígeno que debía de relajarme para dormir, quisiera quien quisiera.

Rompí para siempre el sueño de mis padres, mi padre se acostumbró a dormir en el sofá junto a mi cuna y a la chimenea por si me despertaba vomitando sangre de madrugada, como tantas otras veces volví a hacer...

Fui el niño mimado de toda la familia por ser el inesperado de aspecto cadavérico, enfermo y aún así alegre en cada una de las cosas que hacía.

Por jugar con mi padre mientras me trasladaba la ambulancia, por coger a mi madre todas las noches de la mano y ser yo quien le prometía que todo saldría bien, por no negar nunca los dos besos en la mejilla que despertaban las lágrimas de mi familia...

Mi futuro se decidió entre Murcia y Barcelona.

Entre Arrixaca y Vall d'Hebron.

Una operación de la que casi no vuelvo. Haber estado muerto durante 40 segundos y volver de ese mundo para quedarme a vivir en el que me seguían considerando un regalo de los cielos.

Según fuí creciendo mi padre me fue contando la historia sin llegar jamás a terminarla por nudos de garganta, mi madre cada vez que le pregunto me dice que yo nací dos veces, en 1993 y en 1996...

Y hoy sonrío a los abismos, pues la muerte ya ha fallado dos veces conmigo y se lleva con sus brazos de sombra a quien no tiene razones para dejar de existir...

Sonrío de amargura, de no entender ni sentir motivos por los que yo sí y los inocentes no.

De pequeño me imaginaba a mi ángel de la guarda y llegué a creer poder verlo, una brisa de aire moviendo el mundo y apartandome las lágrimas de la cara.

Ya no siento en el mundo la alegría que recuerdo de mi infancia, cuando a pesar de ser más tímido era más feliz...

Supongo que es lo que pasa cuando naces caducado, cuando vives desapareciendo más notablemente de este mundo que el resto de personas que no aprecian cuanto tienen.

Supongo eso, pero de mí ya sólo quedaron cenizas de tanto que me quemaron las desgracias...

Supongo que he vuelto del más allá para hacer algo o para cambiar alguna vida y sé que en cuanto lo haga la muerte volverá para darme el beso que me lleva años negando.

1 comentario:

  1. estas seguro de que caducado es la mejor forma de definirte... es todo lo contrario.

    Una amiga ciceroniana que hace tiempo que no te abraza

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