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miércoles, 3 de julio de 2013

Un niño de 130 años

Nació bajo el signo de la luna y soñando con las estrellas.



Siempre fue un niño curioso que parecía levitar cada vez que los adultos le dijeron que mantuviera los pies en la tierra.
 
¿Por qué iba a conformarse con una vida normal si era alguien distinto? se preguntaba.

Ese era el niño que todos llevabamos dentro y que reaparece cada vez que sangramos un poquito por la vida y nos recomponemos. Nos quitamos la arena de las rodillas y miramos a nuestros padres sabiendo que es más el bolo que ellos le van a dar que la herida en sí misma.

Y sonreímos como canallas una vez que lo entendemos.

Nos llega la adolescencia y todo lo que queremos son experiencias, probar, saber, hacer y una vez que la pasamos, nos sentimos mal. Nos sentimos viejos y tontos por haber caído en un sinvivir de buscar y necesitar amores, amistades, diversiones y dinero que de niños no conocíamos.

Cuando hablábamos con la gente siendo niños, estos no tomaban nada a mal, éramos niños y creían que no sabíamos lo que decíamos.

Hoy en día sin embargo, siendo adultos no sabemos lo que decimos muchas veces cuando hablamos, y surgen situaciones catastróficas a causa de esto.

Somos quienes somos por haber vivido lo que vivimos.

Jamás dejeis de querer a los pequeños, ellos serán los únicos que nos recuerden cuando estemos muertos. Los que contarán nuestra historia con mucho más detalle de lo que yo cuento esta.

Hoy es el 130 aniversario de Franz Kafka. Escritor al que su padre maltrataba y que por ese miedo interno jamás se consideró digno a sí mismo de publicar muchas de sus obras. Muchas fueron prohibidas por ser judío durante la invasión nazi de Checoeslovaquia, otras las destruyó el mismo conforme las fue creando. Las pocas que han sobrevivido se las confió a un amigo para que las destruyera. Un amigo que traicionó una última voluntad, dotando al mundo del arte del mejor escritor del pasado siglo.

Kafka se angustió de vivir y en sus libros plasmaba su vida. 

El tanmbién fue un niño, un niño que vivió con miedo y creció con angustia. Quizás si no lo hubiera pasado tan mal, no habría escrito "La Metamorfosis", "América", "El castillo" o especialmente "Carta al padre". Pero quien sabe, quizás hubiese escrito mucho más y mejor.

Así mismo comienza Kafka la carta que escribió a su padre:


Schelesen (Bohemia), noviembre de 1919].
 Querido padre:
"Me preguntaste una vez por qué afirmaba yo que te tengo miedo.
Como de costumbre, no supe qué contestar, en parte,
justamente por el miedo que te tengo,
y en parte porque en los fundamentos de ese miedo
entran demasiados detalles
como para que pueda mantenerlos reunidos en el curso de una conversación.
Y, aunque intente ahora contestarte por escrito, mi respuesta será,
no obstante, muy incomprensible,
porque también al escribir el miedo y sus consecuencias me inhiben ante ti,
y porque la magnitud del tema excede mi memoria y mi entendimiento..."

Bastante se sufre en la vida como para no tener a nadie.
Bastante jodido es todo como para no poder sentirte pequeño al lado de la gente a la que quieres.

El niño de la foto de arriba podría haber sido cualquiera, pero como ya habreis supuesto, es Kafka, a la edad de 5 añitos, la carta es 31 años después pero nadie reconocería al niño y al adulto si se les comparase. Hoy es 3 de Julio de 2013. Hagamos de este el día la excusa para hacer algo bueno por el niño bueno que todos llevamos dentro.

Feliz día de Franz Kafka.

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