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miércoles, 6 de febrero de 2013

El invierno de una matrioska. Capítulo 3: Ichigo

Ichigo despertó aquel día con el corazón palpitante de quien sabe que ese puede ser su último día.

Era Marzo de 1945.

Bajó al comedor de la base y se encontró con los gestos de miedo y las miradas perdidas que consumían el ánimo de quien mirara en sus compañeros.

No habló con nadie esa mañana, simplemente se sentó a desayunar un té pues lo sólido no cabía en sus entrañas. Con el vapor del té dejaba su mente en blanco apenas sin dar un sorbo, aunque en cada inhalar de su respiración recordaba esa sensación, esa angustia opresiva, esa cuenta atrás en su sangre...

Dejó el té a medias y salió a tomar el aire, allí encontró a sus compañeros echando un cigarro que apenas duraba tres caladas y hablando de cómo era el mundo antes de la guerra.

 Entonces se fijó en lo que en el cuartel llamaban "El cielo junto al estanque" que no era más que un muro coronado por alambre de espino junto a una zona de charcos en los días de lluvia sobre el que se escribían las muertes de los mayores héroes de la guerra para la nación nipona: los kamikazes.

Ichigo era piloto de cazas y siempre supo que tarde o temprano su nombre acabaría allí. Lo que no entendía es que fuese uno de esos días en los que Japón resistía a pesar de la caída del Eje frente a los aliados. No encontraba valor ni orgullo en su sacrificio, tan sólo inutilidad.

A veces pensaba en coger el caza y huir a una isla perdida de Oceanía, vivir allí a base de frutas y agua hasta que terminara la guerra de una vez por todas.

El altavoz dio las órdenes.

Ichigo subio al caza casi sin munición, "ya no queda dinero para esas nimiedades" parecía decir el gobierno...

Disparó y destruyó todo cuanto pudo, tras eso besó con el cristal de su casco una foto de su mujer y sus hijas y avanzó hasta estrellarse contra un portaaviones norteamericano.


Ichigo murió en Marzo de 1945, era nativo de Nagasaki, su familia murió 5 meses después por la bomba atómica, entre las ruinas de su casa los equipos de salvamento tan sólo encontraron una matrioska sin dueño...

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