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viernes, 21 de diciembre de 2012

La puta Navidad

Efectivamente amigos, odio la Navidad.

Y no os podeis imaginar cuanto...

Son para mí las semanas más tristes y falsas del año. Todos los mortales comienzan a sacar barriga para llenarla de dulces, adornar sus casas y dejarse el dinero en comprar de una forma descontrolada.

No se... hace un tiempo tenía una buena amiga que era testiga de Jehovah. Ellos no celebran la Navidad, simplemente usan los permisos de trabajo para ver a la familia lejana. No comprenden por que hacer un regalo simplemente por recordar una fecha, si la fecha es importante se recuerda y si no lo es no hace falta que te inventes tanto para ello.

Esto me hizo preguntarme hasta que punto podrían albergar un puntito de razón esta rama de la apestosa religión a la que tratan como la más apestosa de todas por lo menos por donde yo vivo.

Se lo pregunté a mi madre cuando me vio pensativo (si, todas las madres tienen un radar para ello creo yo)

-Mamá si una fecha es importante y estas deseando entre ella es por vivir más fuerte los recuerdos que te unen a ella ¿no? 
-Creo que si... ¿A que viene?
-Verás es que por esa regla de tres a nadie le importa la Navidad, cada día hay menos personas que de verdad celebren el nacimiento de Jesús

A lo que mi madre siendo catequista respondió:
-Es cierto, aunque sigue habiendo gente que lo hace cada día es menos, pero de lo que se acuerdan es de la infancia, de sus propios recuerdos.

Comprendí entonces que los pilares para que sigamos celebrandola son: la avaricia, el egocentrismo, extrovertirnos un poco, la falta de ingenio por inventar una celebración nueva, la pasividad y relegado más atrás el fervor religioso.

A pesar de esto que demonios las Navidades pasadas hice de tripas corazón, son las fiestas que celebro con mi familia, esas personas que me rodean sin haberlas elegido pero por las que hoy en día suplicaría no me abandonaran jamás.

Pero eso no fue así... antes de que terminaran las vacaciones sufrí la pérdida y el cambio de mi vida. Sufrí sentir la muerte por sorpresa y en impotencia.

Las Navidades pasadas se llevaron una vida por regalo de Reyes.

Por eso si salgo algún día de estos (que está por ver) no me deseeis feliz Navidad... por todo aquello cuanto querais... Porque estas para mí no son fechas de alegría o de júbilo. 

 

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